El chip es un dispositivo diminuto que se incrusta en el musculo de la mascota a la altura de la cruz. No se ve ni se siente y no tiene efectos negativos en su animal, este chip corresponde a un número de 12 o 14 cifras que son únicas usando un sistema de GPS o de posicionamiento global.
Esta medida ha creado muchas confusiones en los propietarios de perros y gatos, quienes no saben en qué consiste el sistema de identificación electrónica. Es simplemente un chip numerado que le da una identificación a la mascota. Si en caso se pierde, hay manera de encontrarlo por medio de este chip.
El uso del chip garantiza que tu mascota no sufrirá al ponérselo. Tan solo tiene que acudir a tu veterinario, y de manera sencilla introducirá la cápsula que contendrá algo similar a un código de barras y que será el DNI de tu mascota. Esta se introduce con una especie de jeringuilla, por lo que el animal no sentirá mucho más que en una vacuna.
Una vez introducido el número que se relacionará con los datos del dueño. Toda esta información entrará en la base de datos de la Comunidad Autónoma. Es importante que todos tus datos estén actualizados, para evitar inconvenientes en este aspecto, por lo que si la mascota cambia de dueño, debe acudir al veterinario para modificarlo.
Se puede poner el chip en mascotas de cualquier edad, pero si es un cachorro el nuevo miembro del hogar, se recomienda esperar al menos hasta que tenga un par de meses, ya que hasta esta edad se le somete a muchas vacunas y revisiones.
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